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lunes, 3 de septiembre de 2012

Llevo tu corazòn conmigo, lo llevo en mi corazòn







Llevo tu corazón conmigo, lo llevo en mi corazón
Nunca estoy sin él. Donde qiera qe voy, vas tu qerida mía.
Y lo qe sea qe yo haga es tu obra, encanto
No temo al destino 
Ya qe vos sos mi destino, mi dulce 
No qiero ningún mundo,
porqe hermosa, tu eres mi mundo, mi certeza.
Y eso eres tu, lo qe sea qe una luna siempre pretendió...
Y lo qe sea qe un sol cante, eres tu.
Este es el secreto mas profundo qe nadie conoce,
esta es la raíz de la raíz y el brote del brote  
y el cielo del cielo de un árbol llamado vida 
qe crece más alto de lo qe el alma puede esperar o la mente ocultar.
Y es la maravilla qe mantiene a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón, lo llevo en mi corazón.

martes, 21 de agosto de 2012

Pregunta retorica

Hasta cuando puede soportar un corazòn roto?

La Princesa. u.u uff





La princesa está triste . . . ¿qué tendrá la princesa? 

Los suspiros se escapan de su boca de fresa, 

que ha perdido la risa, que ha perdido el color. 

La princesa está pálida en su silla de oro, 

está mudo el teclado de su clave sonoro; 

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. 

Parlanchina, la dueña dice cosas vanales, 

y, vestido de rojo, piruetea el bufón. 

La princesa no ríe, la princesa no siente; 

la princesa persigue por el cielo de Oriente 

la líbelula vaga de una vaga ilusión. 

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, 

o en el que ha detenido su carroza argentina 

para ver de sus ojos la dulzura de luz? 

¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes, 

o en el que es soberano de los claros diamantes, 

o en el dueño orgullosos de las perlas de Ormuz? 

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa, 

quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, 

tener alas ligeras, bajo el cielo volar, 

ir al sol por la escala luminosa de un rayo, 

saludar a los lirios con los versos de mayo, 

o perderse en el viento sobre el trueno del mar. 

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, 

ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata 

ni los cisnes unánimes en el lago de azur. 

Y están tristes las flores por la flor de la corte; 

los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, 

de Occidente las dalias y las rosas del Sur. 

¡Pobrecita princesa de los ojos azules! 

Esta presa en sus oros, esta presa en sus tules, 

en la jaula de mármol del palacio real, 

el palacio soberbio que vigilan los guardas, 

que custodian cien negros con sus cien alabardas, 

un lebrel que no duerme y un dragón colosal, 

¡Oh quien fuera hipsipila que dejó la crisálida! 

(La princesa está triste. La princesa está pálida.) 

¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! 

¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe 

(La princesa está palida. La princesa está triste) 

más brillante que el alba, más hermoso que abril! 

--¡Calla, calla, princesa --dice el hada madrina--, 

en caballo con alas, hacia acá se encamina, 

en el cinto la espada y en la mano el azor, 

el feliz caballero que te adora sin verte, 

y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, 

a encenderte los labios con su beso de amor! 

RUBEN DARIO